Las ciclovías de Lima son símbolo de la gran necesidad de infraestructura ciclista para los limeños, pero, al mismo tiempo, de la enorme falta de cultura vial para que valga la pena construirlas, cuidarlas y mantenerlas.
Con información revelada por Latina Noticias, se dio a conocer que, hasta el 2023, Lima contaba con 324 km de ciclovías. Estas son utilizadas por 102 mil ciclistas al día para ir a trabajar, a la escuela o para transportarse a cualquier lado.
Desgraciadamente, sus usuarios reportan que, por lo menos, hay 10 km de pista que han desaparecido totalmente. Lo anterior, debido a que son constantemente invadidas por automóviles, están destruidas o son utilizadas como basurero.
Todo esto impide el paso de los ciclistas por varias de las ciclovías de Lima. En general, mencionan que es constante que se les pinchen las llantas o, irónicamente, es más seguro ir por la avenida que por la misma cicloruta. Esto no deja de exponerlos a ser atropellados.
Ejemplo de estos son las pistas ubicadas en el distrito de San Miguel y la avenidas Túpac Amaru, entre el Rímac y San Martín de Porres. Sin embargo, se estima que estos tramos serán demolidos y se construirá un nuevo proyecto sobre las mismas.
Ciclovías del Lima, con ayuda y sin ayuda
En 2022, el Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC) participó en las Negociaciones Intergubernamentales sobre Cooperación para el Desarrollo entre el Perú y Alemania. El acuerdo fue que para que el gobierno alemán donara 24 millones de euros para planificar e implementar diversas ciclovías en ciudades intermedias del Perú.
La intención es ayudar a disminuir los gases de efecto invernadero ocasionados por el uso de vehículos a motor. En su lugar, se busca dar prioridad a la movilidad sustentable.
Sin embargo, en mayo de este año, el ministro alemán, Christian Lindner, comentó que las ciclovías de Lima no recibirían más apoyo de su gobierno. Esto debido a que hubo disgusto entre los ciudadanos alemanes, quienes pedían que estos fondos se utilizaran para su propio país.
“No podemos seguir pagando cada ciclovía en Perú con el dinero de los contribuyentes alemanes”, indicó en una entrevista con ZDF.
No obstante, un par de días después de su declaración, la embajada alemana en Perú reafirmó que su apoyo continuaría con el proyecto de ciclopistas. El objetivo, dijeron, es “facilitar la movilidad de todos los sectores de la población y reducir los efectos negativos de la contaminación ambiental”.
La ciclovía más grande de Lima, uno de los grandes basureros
Lima cuenta con una enorme ciclovía de más de 14 km de longitud, la cual, es transitada por más de 200 ciclistas al día. Desgraciadamente, esto no significa que sea la mejor cicloruta para andar por ella.
Se trata de la ciclovía de la avenida Universitaria, que recorre cinco estados limeños: San Miguel, Cercado de Lima, San Martín de Porres, Los Olivos y Comas. Además de las avenidas Universitaria, Carlos Izaguirre, Tomás Valle, Argentina, Óscar Benavides y Avenida Venezuela.
Desgraciadamente para los ciclistas, la ciclovía más grande de Lima es también uno de sus grandes basureros. Los mismos usuarios de bicis reportan que, desde el 2020, habitantes aledaños a la pista arrojan una cantidad exorbitante de basura y desperdicios, que tampoco se lleva el camión de limpieza.
Esta situación ha empeorado con los años, sobre todo desde 2023. Desde ese momento, se observa cómo los ciclistas deben conducir en medio de escombros que van desde comida, bolsas de plástico, cascajo y otros desperdicios más.
Ciclovías de Lima, en busca de una mejor cultura vial
Como podemos ver, la cultura vial también depende mucho de factores externos. En este último caso, la ciclovía Universitaria se ve perjudicada por la supuesta falta de servicios sanitarios, como lo es el paso del camión de la basura.
Claro que esto no debería ser pretexto para que, vecinos o extraños, tiren su basura en medio de la cicloruta (o de cualquier otro lugar). Sin embargo, el que esta situación se mantenga así desde el 2020, habla de la nula importancia de ciertos gobiernos por mantener en buen estado a sus ciclovías.
Quizá no es difícil pensar que el gobierno alemán no retira el apoyo por quejas de su gente, sino por la manera en que los limeños y sus autoridades tratan a sus carriles ciclistas.
No se trata de construir ciclopistas al vapor y al por mayor. Una vez construida, se le debe dar constante y permanente mantenimiento a la infraestructura ciclista. Asimismo, ubicarla en zonas clave que demuestren su funcionalidad para toda la sociedad o, al menos, para un sector mayoritario.